Por Esteban Mauricio Soria
Pete Rogers, multiinstrumentista del oeste del estado de Nueva York, es el creador de I, Captain, un proyecto que fusiona elementos del rock, funk, blues y punk. Con su segundo álbum, Outer Space, Rogers reinterpreta el legado de los álbumes conceptuales de los años 70, esos discos que eran más que simples colecciones de canciones y funcionaban como verdaderos viajes musicales.
Cada canción se percibe como un fragmento de un diario de un viaje interestelar, una crónica de búsqueda, aislamiento y descubrimiento desde algún rincón perdido del universo. La narrativa, aunque no es estrictamente lineal, evoca escenas y emociones propias de un álbum conceptual inspirado en el vacío cósmico, como un Principito sonoro y contemporáneo.
Musicalmente, el álbum nos ofrece una paleta ecléctica, pero elaborada coherentemente. Se perciben pinceladas del rock progresivo y psicodélico al estilo de Pink Floyd (y bandas similares), elementos de funk, guiños al blues e incluso ciertos destellos de actitud punk, todo amalgamado con mucha espontaneidad. La magia del álbum está justamente en esta versatilidad estilística que le otorga dinamismo e identidad sin comprometer la unidad estética.
La producción mantiene un aire DIY: en general, el sonido tiene una calidez y organicidad analógica que recuerda mucho al rock psicodélico de los ’70. Las guitarras suenan limpias pero envueltas en reverb y delay, colchones de teclados que funcionan como atmósferas, efectos vocales que crean sensación de distancia, como si las letras llegaran desde una transmisión lejana. Por momentos, la voz pierde definición, pero gana en ambientación y carácter. Más allá de los efectos inteligentemente usados, el sonido en general tiene una sensación muy viva, más cercana a la de “sala de ensayo” y a las producciones mono de antaño que al de un estudio pulido y moderno. Este sello añade encanto y autenticidad al proyecto.
Al igual que en las viejas épocas, el álbum de Pete es una obra que necesita ser escuchada de principio a fin, con atención y sin interrupciones. Como en los mejores discos conceptuales, cada canción es parte de un rompecabezas más grande. Outer Space es un paseo cósmico yque merece ser descubierto. La obra nos propone hablar de nosotros mismos desde el espacio, en un viaje profundo y bien inmersivo.