“Just a
Mirror” delivers a powerful message about self-worth and perception. What
inspired you to write this song?
This song was a collaboration with Rhonda Gessow, a talented lyricist. She was working on a song that had great words but needed good music for it. I was working on a song that I really liked the music for but I was struggling with the lyrics. It just happened to work out that we were able to combine our work and create something meaningful for both of us.
How do you
personally relate to the themes in “Just a Mirror”? Have you struggled with
self-image or watched someone you care about go through that?
Yes, I definitely struggle with self-image but it’s nothing compared to what women and girls go through. There is so much pressure to be physically attractive, and entire segments of the world economy would probably collapse if women put the same effort into their appearance that I do—I’m not spending hundreds and hundreds of dollars on hair and nails every couple of weeks, I don’t wear makeup, I don’t spend much on clothes. I’ve taken for granted that I don’t need to wake up an hour earlier to make sure I look good before I go out into the world. It’s only recently that I’ve started to consider the expectations my female friends and the women in my family have lived with since adolescence.
Who are some
of the artists that have influenced your sound or your way of writing songs?
Way too many to name here. For this particular song, there’s something about the chorus that feels related to R&B, Soul and Disco. I was really into the Bee Gees when I was 10. But the music I was growing up with often had some meaningful message, something more than just a love song. Legends like Bob Dylan, Cat Stevens, and Tracy Chapman had important things to say, and this song seems to live in both worlds—it has a good groove as well as a message.
What drives
you to keep creating music? Has that motivation changed over time?
Good question. Finding melodies and meaningful messages to go along with them seems like it’s just a part of who I am. I could go months without creating something but at some point, I’m going to be messing around on my guitar and something is going to come to me, and it’s going to fill me with a passion and longing to see it through and create a complete song out of it, to share with others. It seems like a way I process existential struggles, finding some release in expressing things as they come through me. And yes, the motivation has changed over time. When I was younger, there was much more hope that my songs would make me attractive to women. While that’s still part of it, the realisation that these songs speak to listeners in deep ways, sometimes in moments of real need, has made me consider that in some ways these songs don’t belong to me. They come through me, in a mysterious way that I can’t always take credit for, and they move people.
If someone is
just discovering your work through this song, what would you want them to know
about you as an artist?
It always hurts me when I see unfulfilled longing kids or adults have about being a musician. Often there’s someone in a family who is perceived to be the most talented and there’s a sense of, “why should I even bother trying, I’ll never be as good as them.” I’m 56 now and have only recently faced up to the longing I’ve felt all my life and faced down the inner critic who’s been telling me that it’s too late, that I’m not good enough, and that everyone is better than me. I’d want anyone just discovering me to know that it’s been a long and difficult struggle, that the struggle continues, and it’s the reason I am who I am. Anyone who has unfulfilled longing for anything, musical or not, it’s never too late to start, to put in the work, and answer the call.
Entre espejos y verdades: una charla con PREM BYRNE
Aquí en la Revista Soundloop,
volvemos a encontrarnos con Prem Byrne, un artista que no deja de sorprendernos con su compromiso
creativo. En esta nueva entrevista, nos comparte el trasfondo emocional de “Just a Mirror”,
una colaboración que aborda el valor propio, la percepción y las presiones
sociales con una gran sensibilidad artística. Hablamos sobre su proceso
compositivo, sus influencias musicales, y cómo ha evolucionado su motivación a
lo largo de los años. Un testimonio profundo que nos invita a reflexionar y,
sobre todo, a no rendirse nunca con los propios sueños.
“Just a Mirror” transmite un poderoso mensaje sobre el valor
propio y la percepción. ¿Qué te inspiró a escribir esta canción?
Esta canción fue una colaboración con Rhonda Gessow, una letrista talentosa. Ella estaba trabajando en una canción con una letra excelente pero que necesitaba una buena música. Por mi parte, yo estaba trabajando en una canción cuya música me encantaba, pero con la que estaba teniendo dificultades para escribir la letra. Resultó que pudimos combinar nuestros trabajos y crear algo significativo para los dos.
¿Te sentís personalmente identificado con los temas de “Just a
Mirror”? ¿Has tenido problemas con tu imagen personal o has visto a alguien
cercano pasar por eso?
Sí, definitivamente tengo mis luchas con la imagen personal, pero no se compara con lo que atraviesan las mujeres y las niñas. Hay una presión enorme por ser físicamente atractivas, y probablemente sectores enteros de la economía mundial colapsarían si las mujeres dedicaran el mismo esfuerzo que yo dedico a mi apariencia—yo no gasto cientos de dólares en peluquería o uñas cada dos semanas, no uso maquillaje, no gasto mucho en ropa. Siempre di por sentado que no necesito levantarme una hora antes para verme bien antes de salir al mundo. Recién ahora he empezado a considerar las expectativas con las que han vivido mis amigas y las mujeres de mi familia desde la adolescencia.
¿Quiénes son algunos de los artistas que han influido en tu sonido
o en tu manera de escribir canciones?
Son demasiados para nombrarlos todos. En esta canción en particular, hay algo en el estribillo que me recuerda al R&B, el Soul y la música Disco. A los 10 años me gustaban mucho los Bee Gees. Pero la música con la que crecí solía tener un mensaje significativo, algo más que una canción de amor. Leyendas como Bob Dylan, Cat Stevens y Tracy Chapman tenían cosas importantes que decir, y esta canción parece habitar ambos mundos: tiene un buen ritmo y también un mensaje.
¿Qué te motiva a seguir creando música? ¿Esa motivación ha
cambiado con el tiempo?
Buena pregunta. Encontrar melodías y mensajes significativos que las acompañen parece ser simplemente parte de quien soy. Puedo pasar meses sin crear nada, pero en algún momento me encuentro tocando la guitarra y algo me viene a la mente. Eso me llena de pasión y deseo por desarrollarlo hasta convertirlo en una canción completa, para compartir con los demás. Es una forma en la que proceso mis luchas existenciales, encontrando una vía de escape al expresar lo que pasa a través de mí. Y sí, la motivación ha cambiado con el tiempo. Cuando era más joven, tenía mucha más esperanza de que mis canciones me hicieran atractivo para las mujeres. Aunque eso todavía tiene algo de verdad, el darme cuenta de que estas canciones tocan a los oyentes de forma profunda, a veces en momentos de verdadera necesidad, me ha hecho pensar que, en cierto modo, estas canciones no me pertenecen. Pasan a través de mí, de una forma misteriosa que no siempre puedo atribuirme, y logran conmover a la gente.
Si alguien descubre tu trabajo por primera vez a través de esta
canción, ¿qué te gustaría que supiera sobre vos como artista?
Siempre me duele ver la nostalgia o el deseo no cumplido que tienen muchos chicos o adultos respecto a ser músicos. A menudo hay alguien en la familia que es percibido como el más talentoso y se genera una sensación de “¿para qué voy a intentarlo si nunca seré tan bueno como él o ella?”. Tengo 56 años y recién hace poco me animé a enfrentar el deseo profundo que sentí toda mi vida, y a silenciar esa voz crítica interior que me decía que ya era tarde, que no soy lo suficientemente bueno y que todos son mejores que yo. Me gustaría que cualquiera que me esté descubriendo sepa que ha sido una lucha larga y difícil, que la lucha sigue, y que es justamente lo que me hace ser quien soy. A cualquiera que tenga un deseo no realizado, sea musical o no, le diría que nunca es demasiado tarde para empezar, poner el esfuerzo y responder al llamado.