Por Esteban Mauricio Soria
Con el lanzamiento de su EP debut Memes, Mike Vorpal atrapa
el nuevo underground alternativo con un lanzamiento incómodo y rebelde. “Q” se
construye entre la rabia y el caos.
Desde lo musical, “Q” tiene la actitud de una canción
punk moderno del siglo XXI. Las guitarras suenan crudas, casi industriales,
mientras una base rítmica seca y cortante martilla con insistencia. Es una
descarga nos recuerda un poco a la actitud grunge del primer Nirvana, la
rebeldía del clásico punk y a la experimentación del noise. La voz de Vorpal,
enterrada entre capas de distorsión, funciona más como un instrumento de
tensión que como un canal discursivo, la voz le grita al mundo desde un lugar
oscuro y saturado.
El videoclip amplifica y revela parte del verdadero
corazón de la canción. Ambientado con referencias claras a V for Vendetta, y
con la presencia de la icónica máscara de Guy Fawkes, el video se despliega
como un manifiesto visual contra el sistema. Los personajes se mueven por
escenarios urbanos decadentes, con muros llenos de grafitis y multitudes
enmascaradas que podrían ser tanto manifestantes como hackers anónimos. La
narrativa audiovisual sugiere una rebelión sin líderes, una revuelta sin
discurso claro, pero con una fuerza destructora. Todo está mediado por la
imagen de un sistema omnipresente que vigila, encierra y consume.
Q busca despertar algo más: el ruido es una incomodidad
y un llamado a desobedecer.
En palabras del propio Vorpal, Memes es un intento de
reflejar “cómo procesamos la realidad a través de momentos fragmentados y
fugaces”. “Q” es precisamente eso: un golpe que busca provocar un cambio, en el
que la música puede ser un arma valiosa y revolucionaria.