Por Esteban Mauricio Soria
El artista Lee Miller Matsos lanzó recientemente su nuevo
single “Love Came Home to Stay”. Se trata de una balada de pop-rock que habla sobre
cómo sobrellevar el dolor, un proceso inevitable en el recorrido hacia una
sanación.
Ex intérprete de ópera y teatro musical, Matsos despliega en esta canción toda la expresividad de su formación, al servicio de una performance que también nace del duelo. Compuesta en los inicios de la pandemia, “Love Came Home to Stay” es también el resultado de una pérdida personal, marcado por el fallecimiento de su madre en 2017. Sin embargo, la canción encuentra en la crisis pandémica el cruce entre lo individual y lo colectivo, entre una soledad concreta y la esperanza compartida.
Musicalmente, el tema se sostiene en guitarras limpias, un
piano, pads, y una base rítmica que acompaña el fluir de la voz de Matsos, que
ocupa el centro del escenario. Su interpretación vocal es cálida y con vibratos
justos, contiene la fragilidad y la fuerza emocional precisa para guiar al
oyente a través de este viaje introspectivo. Es interesante el uso del espacio
sonoro en la mezcla y los arreglos musicales como vehículos que exaltan la expresividad
musical de la canción. Algunas influencias de John Lennon, Coldplay y Paul
Simon son perceptibles en la construcción.
La letra comienza con los versos: “Once I was an ordinary
creature / just following the ordinary flow”— sitúa al oyente en una
cotidianidad que, de pronto, se ve alterada por la pérdida. La irrupción del
dolor desestructura la normalidad, y desde allí comienza la búsqueda de
sentido.
En “Maybe you can still make me smile” / “Maybe you’ll be
there every passing mile” aparece la idea de que la presencia del ser
querido perdido no desaparece del todo, sino que se transforma, insinuando una
forma de consuelo que va más allá del recuerdo. No es la negación de la muerte,
sino su aceptación como parte de una continuidad afectiva.
“If I can hold all this pain, maybe then I can help carry
some on Sunday”, repite el coro que evoca una carga compartida, sugiriendo
que el dolor, lejos de aislarnos, puede ser un puente hacia los otros. Y en ese
proceso, quizás el amor regrese —no como antes, no como lo perdido, sino como
algo nuevo y duradero: “Love came on to stay”.
La canción propone una forma de sanación: sostener el dolor,
acompañarlo y compartirlo; Lee Miller Matsos reivindica el duelo como un
proceso y su poder transformador. En esta canción, la música es un refugio y un
espacio de comunión, donde el amor puede volver y quedarse.