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Un manifiesto por la paz: Kelsie Kimberlin estrena Dream of Peace

Por Esteban Mauricio Soria



El 19 de septiembre marca el estreno de Dream of Peace, la nueva canción y videoclip de Kelsie Kimberlin, una obra motivada por la guerra entre Ucrania y Rusia. La artista, de raíces ucranianas y trayectoria internacional, asume un compromiso artístico profundo con los tiempos que atraviesa el mundo. La fecha no es casual: el lanzamiento llega apenas días antes del Día Internacional de la Paz, el 21 de septiembre, reforzando la intención de convertir este trabajo en un símbolo colectivo.

La canción combina una orquesta, un coro y una producción pop de alta factura, con la voz de Kimberlin como hilo conductor. La letra de Dream of Peace es una superposición de deseo individual que luego se hace colectiva: alterna un “yo” inicial (“I just want…”) con un “nosotros” hacia el final más inclusivo (“We just want…”), lo que transforma una necesidad personal en una demanda social. Esa transición es efectiva: humaniza el anhelo y luego lo universaliza.

La lírica usa anáforas (“It’s not the…”, “We just want…”, “It is today…”) que refuerzan el mensaje. La simplicidad lingüística y la repetición hace que el mensaje sea pegadizo y pueda internalizarse mejor.



El videoclip refuerza este mensaje con una narrativa visual cargada de simbolismo. Filmado en Kyiv bajo la dirección de Denys Akulov, muestra a la cantante en un paisaje árido y desolado donde aparece un astronauta enigmático. El contacto entre ambos desencadena una transformación: las ruinas se convierten en campos fértiles, los colores apagados dan paso a una paleta vibrante y el relato desemboca en un mar de girasoles azules y amarillos, una referencia explícita a la bandera de Ucrania. El giro final revela que el astronauta es, en realidad, un reflejo de Kimberlin misma, un recurso que subraya la idea de que la paz comienza en el interior de cada individuo. El resultado es una pieza cinematográfica que no solo acompaña la canción, sino que la expande hacia lo alegórico y lo político.

Los nombres ligados al proyecto (Yuriy Shapeta en arreglos/orquesta, Pedro Vengoechea como co-productor, dirección vocal de Larry Friedman, mezcla/mastering por figuras de alto nivel) explican la pulcritud sonora y el acabado de gran presupuesto que transmite la pieza. El resultado suena grande, cálido y muy dinámico. Tampoco sorprende que Kimberlin haya elegido nuevamente a Ucrania como escenario, país al que ha dedicado gran parte de su activismo artístico en los últimos años y donde su obra ha adquirido un valor testimonial. La conjunción de estos elementos convierte la canción en algo más que un simple lanzamiento: un manifiesto artístico con aspiración de impacto global.


Dream of Peace es un llamado a no perder la esperanza, a actuar en el presente y a imaginar un futuro distinto. La sencillez de sus palabras, la grandeza de su producción y la intensidad de su videoclip confluyen en un mensaje que trasciende fronteras. En un mundo marcado por la fragmentación y el conflicto, Kimberlin nos recuerda que la paz puede ser un sueño hecho realidad.