Por Esteban Mauricio Soria
En el paisaje urbano de la escena musical mexicana, destaca
un nombre con espíritu propio: Rafael Gutiérrez, mejor conocido como Chafita
Skate ü. Nacido el 19 de agosto de 1999, con apenas veintitantos años y varios
álbumes bajo el brazo, ha recorrido un universo artístico donde confluyen rap,
pop, trap e indie. Pero su propuesta va más allá de géneros: él usa la música
para sanar, para conectar, para exorcizar demonios.
Desde que tenía apenas 13 años, Rafael supo que quería
traducir sus pensamientos más profundos en canciones. No era un capricho
adolescente: para él, la música es un medio para articular su mundo interior,
su mente, su cuerpo y su alma. Esa convicción lo ha acompañado siempre,
creciente, hasta convertirse en la plataforma desde la cual quiere ayudar a
otros a enfrentar lo que él denomina “malestares espirituales”.
En su sitio oficial, Chafita Skate ü plantea un trasfondo
casi de ciencia ficción espiritual: imagina un “futuro distante” en el que la
tecnología ha revelado que no todo puede explicarse de forma científica. Más
allá de lo cuantificable existen energías, demonios internos generados por el
malestar espiritual. Para él, esos demonios no son metáforas: son adversarios
reales, a los que decide enfrentar con su música. Así, sus canciones no son solo confesiones,
sino actos de resistencia: terapia compartida con su audiencia. Al revelar sus
heridas, invita al oyente a mirar las propias.
Musicalmente, Chafita Skate ü se mueve entre lo urbano y lo
emotivo. Sus canciones combinan versos rápidos de rap con melodías pop o
atmósferas trap más oscuras, y en ocasiones toques indie que suavizan la
crudeza. Esa mezcla resulta natural para él: no hay fronteras rígidas entre el
dolor, la nostalgia, el deseo y la introspección.
Su productor principal, Doble M, ha sido clave en traducir
esa visión en beats que acompañan su estética pulida.
Uno de los elementos más poderosos de Chafita Skate ü es su
capacidad para hablar de temas profundos sin caer en lo grandilocuente. Habla
de ansiedad, de relaciones rotas, de disociación, pero también de redención y
de lucha espiritual. Sus demonios no son solo metáforas poéticas: son fuerzas
con nombre, con peso, con presencia. Además, no rehúye lo simbólico: su
universo artístico habla de tecnología y misticismo, de espiritualidad en
tiempos futuristas.
También hay una veta cultural muy joven: él mismo se
describe en redes como “hardcore otaku y rapero”, lo que sugiere que su mundo
interior está atravesado por la cultura pop, los mundos fantásticos y la
introspección adolescente. Esa identidad se filtra en sus letras, en su
estética visual y en su forma de concebir la música como un refugio.
Chafita Skate ü no es solo un nombre llamativo: es un joven
creador que combina con inteligencia lo emotivo con la estética urbana. Rafael
Gutiérrez ha encontrado en la música una forma de exorcizar sus demonios, de
tender puentes con otros, y de dar voz a una generación que busca algo más que
ritmos pegadizos.
En un mundo saturado de artistas, su autenticidad y
vulnerabilidad lo distinguen. Y mientras siga enfrentando sus sombras con
micrófono en mano, es probable que su voz siga ganando eco entre quienes
necesitan escuchar que no están solos en su propio universo oscuro.
Discografía:
2019 - Asia tus huesos (EP)
2020 - Rompe Mis Huesos
2020 – Recuerdos pasajeros (Single)
2020 - Cuarentena
2020 -
Metamorfosis (Single)
2020 -
Viaje al firmament (Single)
2021 - Mnemósine
2021 - Dualidad
2022 - Puedo morir
2022 - Para todos hay un multiverso
2023 - Howl
2023 - Conjuro (Single)
2024 - Poesía de un enfermo mental
2025 - King
(Single)

