Por Esteban Mauricio Soria
Desde las sombras de Ámsterdam, con “Sad
Affair”, Scarlet Mill entrega uno de los pasajes más desgarradores y
melancólicamente bellos de su próximo álbum conceptual, aún sin título. Este
dúo, formado por Jennifer Moesker (voz, piano, órgano, sintetizadores) y Erik
Verhoef (voz, guitarra, bajo, batería), continúa desplegando su particular
universo de canciones que respiran literatura, cine y melancolía, acompañado
ahora por el saxofonista Maarten Verhoef como invitado permanente. Esta nueva
entrega musical narra el momento en que la pasión se disuelve en resignación y
donde las decisiones cobran un peso irreversible.
Desde sus primeras notas, “Sad Affair” es
una balada con muchos elementos del fado portugués y del jazz. La
estructura musical es muy rica en matices y arreglos musicales: una guitarra
tex-mex que está en la distancia, un órgano Hammond que parece suspirar
con cada compás, y una trompeta que llora, como si narrara una despedida sin
palabras. La voz de Jennifer flota con una elegancia espectral entre pianos
inquietantes y una percusión sutil que acompaña, casi como si cada golpe de
batería marcara el paso de un recuerdo que se aleja. La canción avanza con
calma, pero cada nueva sección agrega una nueva tensión, llevando al oyente a
un clímax progresivo. La instrumentación busca acentuar el vacío, la pérdida, la
separación y el dolor que no encuentra consuelo.
La lírica de “Sad Affair” es parte del núcleo
narrativo del segundo disco: la de un músico errante y su musa, atrapados en
una relación tan intensa como insostenible. La canción retrata el momento
exacto en que la protagonista elige huir, a sabiendas de que no hay retorno. El
título evoca simultáneamente a un romance breve y triste, por lo tanto, no se
trata sólo de una historia de amor, sino de su inevitable declive.
La voz nos sitúa en la mente del protagonista
que opta por huir, aun sabiendo que no hay retorno. Intenta justificar su
partida con frases como “Take my word on everything I said to you” o “I
was searching for truth”, pero esas palabras ya no bastan. Testigo del
abandono, sabe que lo que alguna vez fue una isla de esperanza, ahora se ha
convertido en una isla de lágrimas. La imagen insular es una metáfora que
remite a la separación de los amantes, al aislamiento emocional al que se ven
condenados.
"Sad Affair” es una tragedia romántica que se despliega con la paciencia de un viejo relato oral. Scarlet Mill confirma aquí su talento para entrelazar música, lírica y dramaturgia con un refinamiento inusual, resultando en un logro artístico de gran madurez musical.
A veces, los adioses más devastadores son esos que se cantan con más delicadeza.