Por Esteban Mauricio Soria
Kerwin García es un músico y productor dominicano y hace muy
poco hizo su álbum debut Eres mi norte. Nacido en Villa Altagracia,
República Dominicana, en 1969, García creció en un entorno profundamente ligado
a la música cristiana, donde comenzó a formarse de manera autodidacta en
guitarra, canto y teoría musical. Desde muy joven demostró una determinación
poco común: al no poder ingresar al Conservatorio Nacional de Música por
razones de edad, buscó alternativas que incluyeron clases privadas de piano.
Durante su adolescencia fundó el grupo Tenemos a Jesús (Los
TJ), con el que desarrolló un lenguaje musical adelantado para la escena
cristiana de los años 80, fusionando jazz con ritmos como el merengue y la
samba. Paralelamente, García se consolidó como arreglador y productor, fundando
la compañía DATAMUSIC, S.A., desde la cual trabajó en múltiples producciones
para radio, televisión y distintos artistas, antes de emigrar a los Estados
Unidos en 1992.
Ya radicado en EE.UU., continuó su labor como productor bajo
el sello DATAMUSIC, INC., participando en cientos de grabaciones que abarcaron
géneros tan diversos como gospel, salsa, bachata, hip-hop y música cristiana
latina. Sin embargo, los acontecimientos del 11 de septiembre de 2001 marcaron
un punto de quiebre que lo llevó a alejarse de la música durante años.
Eres mi norte surge como el resultado de ese largo
silencio. El álbum reúne composiciones que atraviesan temáticas espirituales,
reflejando a un artista profundamente conectado con su historia.
Con el afán de no hacer innecesariamente muy larga la reseña y que nuestros
lectores se aburran, de las 14 canciones, seleccionamos 6 que nos parecieron representativas
del álbum.
Eres Mi Norte
Es la canción que marca el tenor de todo el álbum, un pop que
en varios momentos tendrá elementos de salsa y ritmos latinos. “Eres Mi Norte”
establece el eje espiritual y emocional del disco, presentando la figura de un
otro que puede tener una doble lectura —divino o humano— que orienta, sostiene
y da sentido. Si vemos la lectura de alabanza, Dios aparece como un guía
absoluto. Hay una relación de dependencia y confianza total, donde el hablante
reconoce en Dios la dirección, el sentido y la orientación de su vida. Funciona
como una confesión de fe íntima y serena, marcando el tono devocional que
atraviesa todo el trabajo.
En Mi Mente 24/7
Trasladado al plano espiritual, describe una relación con
Dios que ocupa cada pensamiento y cada instante del día. El “vicio” y el
“abismo” dejan de ser negativos para convertirse en símbolos de rendición
total: perderse en Dios, dejar que el mundo espere, vivir una fe que no es
racional sino absoluta. La ambigüedad del lenguaje permite que la intensidad
amorosa funcione también como fervor espiritual.
Amor en la Sombra
En una primera lectura, la canción describe un amor
imposible, prohibido o socialmente inviable, vivido en silencio y tensión
constante. Sin embargo, en clave espiritual, “Amor en la Sombra” puede
entenderse como la experiencia de una fe vivida lejos del reconocimiento
público, en contextos adversos o íntimos. El fuego que “no puede arder” remite
tanto a un deseo contenido como a una relación con Dios que se sostiene aun
cuando no puede expresarse abiertamente. La mezcla de ritmos (salsa, samba,
balada) refuerza la idea de un corazón dividido, atrapado entre lo que siente y
lo que el mundo permite.
Buzo en el Ozama
Como canción de amor, es una declaración apasionada de
entrega total: cruzar ciudades, países y hasta lo imposible por la persona
amada. En una lectura cristiana, el tema se transforma en una poderosa metáfora
de la búsqueda de Dios en todos los territorios, incluso en los más improbables
o humildes. La imagen de convertirse en “buzo en el Ozama” sugiere sumergirse
en lo profundo, en lo turbio, en lo que otros evitan, para encontrar aquello
que da sentido. La fe aparece como motor que permite atravesar distancias
físicas y espirituales sin temor.
Te Amo en Secreto
Como canción de amor humano, retrata con precisión el dolor
silencioso del amor no correspondido, contenido por respeto o temor. En una
lectura cristiana, se transforma en una confesión íntima de fe: amar a Dios sin
exhibición, sin espectáculo, en el silencio del corazón. El “muro invisible”
puede interpretarse como la distancia entre lo humano y lo divino, y el amor
secreto como una relación personal que no necesita validación externa. Es una
de las letras más claras en su doble sentido, donde la devoción y el deseo
comparten el mismo lenguaje.
En Esta Soledad Soy Inmortal
Desde lo humano, la canción retrata una soledad madura,
serena, reconciliada con el consigo mismo y con su historia. En clave
cristiana, esa soledad se puede ver como retiro espiritual,
un espacio donde Dios se manifiesta en la calma, la naturaleza y la memoria. La
inmortalidad no es literal, sino espiritual: la certeza de que, acompañado por
Dios, el individuo trasciende el desgaste del tiempo. Es una canción
profundamente contemplativa, donde la fe se vive como sosiego.
Entre el pop y los ritmos latinos, Eres mi norte es una obra donde la
fe habla sin solemnidad y el amor se convierte en un puente hacia lo divino. Es
un álbum que dialoga con la fe desde la emoción, primando el lenguaje del amor.
El álbum ya lo podés encontrar en Spotify y en otras plataformas digitales.
